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NO TE ARRUGUES!

No por ser las primeras son menos importantes. Se trata de un proceso lento y gradual, pero las arrugas están ahí, al acecho. No es cuestión de negar el paso del tiempo, sí de prevenir y no convertirnos en unas jóvenes arrugadas de antemano.


Las patas de gallo comienzan a adueñarse del contorno de tus ojos, el óvalo de la cara se vuelve menos firme y la piel comienza un proceso de pérdida de elasticidad. Suena terrible, pero se pueden tomar ciertas medidas para prevenir. No vas a lucir la piel de una de 15, pero los años que van pasando se llevan mejor si se mejora lo mejorable.

¿De quién es la culpa? Date el gusto de echar culpas. Se llaman radicales libres y son los responsables directos del envejecimiento celular. Su proceso es el siguiente: el oxígeno de la atmósfera, y sobre todo, el solo origina radicales libres que se instalan en la piel atacando las células y precipitando el envejecimiento cutáneo: deshidratación, arrugas y aparición de manchas.

¿Y de dónde vienen los radicales libres? En la normalidad, las células tienen un equilibrio electrónico. Cuando alguna célula pierde este equilibrio, esa célula se convierte en un radical libre que recorren el cuerpo en busca de un electrón que les ayude a recuperar su estabilidad perdida. La cuestión, claro, es que la célula que encuentran queda nuevamente despareja y se transforma, a su vez, en otro radical libre y así sucesivamente. ¿Por qué pierden el equilibrio? Por la acción de factores externos como el sol, el humo de tabaco, la contaminación...

¿Qué se puede hacer para recuperar la estabilidad? Consumir nutrientes que liberen electrones en la sangre para que sean adquiridos por los radicales libres sueltos. Estos nutrientes se llaman antioxidantes y se encuentran en alimentos y cremas.

Además de este envejecimiento fisiológico natural de la piel, se suman las llamadas arrugas de expresión generadas a través de los gestos. Por general, son resultado de las sonrisas - ¿qué mejor razón para tenerlas, no?-. Estas arrugas tienen el poder de revelar nuestra historia y hasta, incluso, cómo dormimos. Los dermatólogos indican que diariamente casi 15000 gestos dan expresión al rostro.

El secreto, entonces, es la prevención:

- Siempre, verano e invierno, protegé tu piel del sol. Actualmente, existen bases de maquillaje con protección solar.

- Para las arrugas de expresión, hay cremas con efecto bottox que relajan los músculos.

- Podés elegir un tratamiento de crema multiuso, hidratante, reafirmante, nutritiva, protectora y rica en antioxidantes.

- Los masajes faciales son una opción complementaria que pueden realizarse durante la aplicación de una crema. Los movimientos siempre deben realizarse desde el centro hacia el exterior del rostro intentando alisar la piel, prestá especial atención al mentón, los pómulos y el cuello.

- Una alternativa interesante es la gimnasia facial. Se trata de realizar aquellos gestos que, en vez de generarlas, las eliminan o, por lo menos, dejan la cara relajada. Para las patas de gallo, por ejemplo, podés abrir tus ojos al máximo y volver a cerrarlos diez veces aproximadamente. Para las mejillas, podés hincharlas con aire las dos juntas y luego una por vez. Nada peor que un doble mentón, con la cabeza inclinada hacia atrás, estirá la piel del cuello hacia las orejas.

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