- Espejito, espejito. Podés preguntarle si sos la más linda del universo, pero la función del espejo se limitará a reflejarte cuando se te corra el rimel o quieras retocar el color de los labios. Son muy útiles los que tienen doble cristal, uno de aumento y otro normal.

- Cutis volátil. Para matizar los brillos que aparecen durante el día y dar la impresión de una piel resplandeciente, son fundamentales los polvos sueltos o polvo volátil, como prefieras llamarlo. La clave es que sea un producto liviano, ligero y transparente que cubra la piel con unos breves toques de brocha. Para complementar la palidez, podés incluir un rubor que le dará un aspecto más natural al semblante.

- Despeinada. No dejes que te canten la canción de Palito. Un peine o cepillo pequeño no ocupa casi lugar en la cartera y es útil para emprolijar el pelo en los días de viento o de viajes largos. Eso sí, evitá peinarte en lugares demasiado públicos.

- Labios brillantes. El brillo es un buen sustituto de la manteca de cacao, no sólo hidrata los labios, sino que les da un toque de color y luminosidad. Los labios suelen secarse con facilidad, el brillo protege esta zona delicada y realza la sonrisa.

- Manos hidratadas. La crema hidratante es fundamental para mantener tus manos suaves. En el invierno resulta útil para protegerlas del frío y la sequedad.

- Demaquillante express. Para modificar tu look del día a la noche, para quitarte el exceso de maquillaje o para mantener la piel limpia y suave, las toallitas demaquillantes son aliados de higiene y pureza en el cutis.

- Y no te olvides de un neceser adecuado para guardar todas estas cositas y mantener el orden de tu cartera sin que se pueda estropear nada.