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EL AGUA Y LA BELLEZA

Si le damos a nuestro rostro un "plus" de frescura e hidratación, nuestra piel lucirá increíblemente relajada ya que la humedad le brinda brillo a la piel y la torna más tersa, retrasando la formación de arrugas y líneas de expresión.

La aparición de arrugas en la epidermis es el resultado de una deficiencia en el nivel de hidratación y lípidos de nuestra piel, lo cual lleva a la aparición de finas líneas. Al mismo tiempo, la piel se vuelve seca y áspera. Pierde su tersura y elasticidad debido a que la falta de lípidos dificulta la posibilidad de que la piel pueda compensar la pérdida de su propia humedad.

Una de las consecuencias más serias es que, en estas condiciones, la epidermis no es capaz de cumplir con una de sus funciones biológicas más importantes: proteger el organismo y las capas profundas de la piel de agentes externos tales como vientos fuertes, condiciones climáticas adversas, la contaminación ambiental y otros muchos agresores presentes en el medio ambiente.

La acción de estos agentes agresores puede ser contrarrestada con un cuidado diario e intensivo que comprenda un estilo de vida y alimentación saludable y cuidados específicos del rostro para evitar que el mismo vaya perdiendo vitalidad. Debemos:

Llenarnos de vitalidad con agua

El agua es el principal alimento para nuestras células. La mayoría de nosotros estamos deshidratados. Si no bebemos lo suficiente, perdemos agua de nuestras células, lo cual da como resultado células débiles. Las células que están debilitadas no pueden continuar desarrollándose de manera óptima, pero si "se las recarga", tendrán suficiente energía para regenerarse a sí mismas.

"Todo depende de la cantidad de agua en el cuerpo", explica el biofísico Peter Ferreira, del Institute for Biophysical Research de Beiersdorf, Alemania. Para esto, debemos ingerir por lo menos dos litros de agua por día, no infusiones, sino agua. Si nuestro cuerpo está correctamente hidratado, nuestros órganos funcionarán correctamente y nuestros procesos vitales estarán en armonía.

Fortalecer la piel del cuello y rostro con hielo

Los cubitos de hielo y los copos de nieve presentan la estructura cristalina del agua. Utilice la forma sólida y cristalina del agua para refrescarse durante los días de intenso calor. Masajee suavemente el rostro, el pecho y la zona del cuello durante un minuto con cubitos de hielo, siempre con movimientos circulares. Esto dará más firmeza a los tejidos y mejorará la circulación de la sangre en la piel.

Poner en movimiento el agua presente en nuestro cuerpo

El sistema linfático, con sus diversas ramas, corre a lo largo de todo nuestro cuerpo. A través de ellas se desplaza una sustancia -llamada linfa amarilla- que consiste en agua y una variedad de sustancias. También transporta glóbulos blancos, importantes para nuestro sistema inmunitario. En estado de reposo la linfa comienza a acumularse. Con un masaje suave podemos poner en movimiento esta fuente interna de agua que posee nuestro cuerpo.

Para esto recomendamos un masaje refrescante con piedritas cristalinas o gemas, que tienen un gran poder reafirmante y refrescante. Se recomienda realizar este masaje antes de aplicarse el maquillaje o luego de una larga noche.

Coloque dos o cuatro piedritas o gemas en la heladera durante unos minutos, hasta que estén frías pero no heladas. Haga rodar las dos o cuatro piedritas -dependiendo de su habilidad manual- con movimientos circulares suaves hacia abajo sobre su frente, pómulos, mandíbula y mentón y finalmente a ambos lados de su cuello.

Comer comida sana y fresca

Las frutas y los vegetales contienen mucha agua, fibra y pocas calorías. Por lo tanto, puede comer tantos como quiera, idealmente de 5 a 6 porciones por día. Aquellos con mayor componente de agua son:

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Lechuga: 96%.

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Radicheta, jugo de tomate y ajo: 94%.

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Sandía: 93%.

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Arvejas: 92%.

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Brócoli y zanahorias: 91%.

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Remolacha: 91%.

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Frutillas: 90%.

Incluir en nuestra dieta sustancias antiarrugas que además satisfagan nuestra sed

Aquellas frutas y vegetales que bajo el sol toman un color intenso, como la sandía, son especialmente ricas en sustancias antiarrugas tales como caroínas y flavonoides. Nuestro organismo necesita estos antioxidantes durante los meses de sol, ya que colaboran para reducir los valores normales del envejecimiento acelerado de las sustancias celulares en el organismo a causa de la radiación ultravioleta y, a la vez, satisfacen la sed y son refrescantes.

Utilizar cremas con componentes hidratantes

Se recomiendan cremas ricas en vitaminas, minerales y aceites, que mantienen durante todo el día los niveles deseados de hidratación de la piel.

El agua, elemento esencial de los tejidos, es particularmente importante para la piel. De allí la prioridad de cuidar que nuestro rostro esté hidratado para que conserve su vitalidad y frescura.

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