Nutrición adecuada
Volver Obesidad La obesidad es una enfermedad que se distingue por la acumulación excesiva de tejido adiposo. Es deseable tener reservas de grasa en el organismo. En el hombre se espera que hasta un 16% del peso corporal sea grasa (va a aumentar hasta un 24% a los 65 años); en tanto que en la mujer aproximadamente el 30% del peso corporal es grasa (aumentando hasta 36% a los 65 años). Es decir, la grasa corporal total no debe ser mayor de 16% en hombres y 30% en mujeres; cuando el porcentaje es mayor se diagnostica obesidad. Los hombres con menos del 10% de peso en grasa y las mujeres con menos del 15% tienen un peso insuficiente. En los países occidentales, la obesidad aparece en el 30-40% de la población. No obstante, tiende a incrementarse en relación con la edad, en personas de 50 o más años llega a afectar al 70% de las personas aproximadamente. La obesidad es más frecuente entre mujeres. Aumento de peso no es sinónimo de aumento de grasa. La edad, el sexo y la actividad física van a determinar el porcentaje de grasa corporal. Por ejemplo, las mujeres tienen tradicionalmente acumulación de la grasa en las caderas, mientras que los hombres depositan la grasa alrededor de la zona media del cuerpo. El 14% de los niños obesos a los 6 años, el 41% a los 7 años y el 70% a los 13 años resultan en adultos obesos. Los niños obesos sufren tanto un daño físico como psicológico. Y presentan desde problemas en el crecimiento hasta la disminución del autoestima, la discriminación, principalmente para participar en ciertos juegos o actividades, además de ser objeto de burla y de apodos entre chicos de la misma edad. La obesidad es una enfermedad crónica manejable, que acarrea diferentes problemas y predispone a desarrollar otras enfermedades. La obesidad obstaculiza la actividad física agravando el problema. Los factores psicológicos pueden tener un papel fundamental en la etiología de esta enfermedad. Generalmente la obesidad es una enfermedad ocasionada a partir de un desbalance entre la cantidad de energía que se ingiere y la que se utiliza. La alimentación tiende a ser alta en grasas y baja en contenido de fibras (frutas, verduras, cereales integrales). El factor cultural es muy importante en el desarrollo de la obesidad, ya que los hábitos son parte de la cultura. El sobrepeso es un exceso modesto de los almacenes de grasa corporal, mientras que la obesidad es un exceso mayor. Es importante detectar y dar tratamiento a la obesidad lo más tempranamente posible para evitar sus complicaciones a largo plazo. Diagnóstico La primer persona que hace el diagnóstico es el propio obeso. El diagnóstico de la obesidad se logra midiendo el porcentaje de grasa corporal total, a través de la medición de los pliegues cutáneos o considerando la relación que existe entre el peso y la talla. El Índice de masa corporal (IMC) es la relación entre el peso (en kg.) sobre la altura (en metros) elevada al cuadrado:
La obesidad puede ser:
Causas Las causas de la obesidad son múltiples y están asociadas a factores hereditarios, genéticos, psicológicos, ambientales y socioculturales. Se habla de una predisposición genérica familiar a padecer esta enfermedad. Los factores psicológicos están presentes en la sobreingesta y los atracones. El problema de la obesidad se puede atribuir a un fallo psicológico en el control del apetito, es decir, verse tentado a comer más de lo que se necesita. Hay una dependencia psicológica en el acto de comer, y esto es tan grave como la dependencia a una droga, al alcohol o a la nicotina. Es importante tener presente que la bulimia puede formar parte de la obesidad. Y el paciente suele manifestar una distorsión corporal de toda la vida. Otra de las causas de la obesidad es el gran consumo de alimentos y una escasa actividad física (poco gasto energético). Uno de los factores más importantes que participan en el desarrollo de la obesidad son los hábitos de alimentación. El tipo de alimentación va a influir en la obesidad y prácticamente a determinarla. Por tal motivo se insiste en la prevención de la enfermedad desde la infancia, que es cuando el niño comienza a incorporar los hábitos alimenticios. Estos hábitos se pueden modificar y adaptar. Implicaciones psicológicas La Asociación Psiquiátrica Americana no clasifica a la obesidad como un trastorno psíquico, sino que la considera una enfermedad médica. Aunque se podría apreciar como un "factor psicológico que altera el estado físico". La CIE-10 (décima revisión de la Clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas de salud) reconoce una categoría llamada "hiperfagia en otras alteraciones psicológicas", que se caracteriza por una ingesta excesiva de alimentos a causa de una reacción a hechos estresantes, originando la obesidad. La persona obesa puede sentirse sensibilizada por su aspecto, falto de confianza en sí mismo, con baja autoestima, con un concepto pobre de sí mismos, ansiosa, deprimida, etc. Esta sintomatología es la consecuencia de la condición de obesidad, y no la causa. Además pueden sufrir discriminaciones por parte de la cultura (con el ideal de belleza y estética), o discriminación en los puestos de trabajo. Bruch (1973) defendió los condicionantes psicógenos de la obesidad proponiendo dos tipos:
El comer reduce la ansiedad. De hecho el "trastorno por atracón", "comer en exceso compulsivo", o "trastorno de ingesta voraz" (binge eating disorder) está empezando a ser el centro de interés en el estudio de la obesidad. Entre un 20 y un 40% de las personas obesas declaran episodios claramente bulímicos, como los atracones (comer en exceso de forma compulsiva). |